Más del 85% de las personas que sufren el hambre más severa viven en países afectados por conflictos
Más de 258 millones de personas sufren hambre en el mundo. De estas, un 85% viven en países afectados por conflictos e inseguridad, lo que demuestra la estrecha relación entre los conflictos y las crisis alimentarias. Así lo ha confirmado la organización Acción contra el Hambre en un nuevo informe titulado No importa quién esté luchando, el hambre siempre gana.
En este informe, la organización humanitaria analiza pruebas de diferentes conflictos en todo el mundo para identificar las conexiones específicas y complejas que existen entre los conflictos y el hambre.
El aumento del hambre provocada por los conflictos es motivo de grave preocupación en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos internacionales, como la adopción unánime de la Resolución 2417 por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 24 de mayo de 2018, que reconoce la relación letal entre los conflictos y el hambre, todavía falta mucho por hacer.
Pero tal y como explica Manuel Sánchez-Montero, director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre, tanto los conflictos como el hambre pueden prevenirse. Lamentablemente, advierte que el resurgimiento alarmante del hambre en todo el mundo está estrechamente relacionado con el aumento en el número e intensidad de los conflictos armados. Además, existe una preocupante falta de respeto por el derecho internacional humanitario por parte de las partes beligerantes, lo cual agrava aún más la situación.
El derecho internacional humanitario prohíbe acciones como bloqueos, desplazamientos forzados, ataques contra alimentos, agua y trabajadores humanitarios, así como la contaminación por minas. Sin embargo, se observa impunidad en la comisión de estos actos, dejando a las personas con escasas opciones para alimentarse y proporcionar sustento a sus familias.
La violencia desencadena el hambre
Acción contra el Hambre ha recopilado testimonios y perspectivas de primera mano sobre las repercusiones de los conflictos en la seguridad alimentaria en varios países, como la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, países del Sahel como Níger, Mali y Burkina Faso, así como Colombia y Siria. Estos testimonios ilustran claramente cómo la violencia en los conflictos desencadena el hambre.
En su informe, Acción contra el Hambre no solo documenta las formas en que los actos de violencia afectan la seguridad alimentaria, sino que también ofrece recomendaciones concretas para las partes en conflicto y los Estados miembros de la ONU. Estas recomendaciones se centran en reducir el hambre provocada por los conflictos y en invertir en la consolidación de la paz para prevenir la inseguridad alimentaria.
Es fundamental que los Estados miembros de la ONU utilicen su influencia y recursos para responsabilizar a las partes beligerantes por las violaciones del derecho internacional. Esto incluye garantizar el acceso seguro de la ayuda humanitaria a las personas y comunidades necesitadas y construir la paz como un componente esencial para abordar la inseguridad alimentaria en los conflictos.
En este sentido, Acción contra el Hambre, junto con otros actores relevantes, ha celebrado un evento paralelo de alto nivel el 25 de mayo en la sede de la ONU en Nueva York en el que se ha evaluado impacto y la implementación de la Resolución 2417 del Consejo de Seguridad.
