Es fundamental concienciar a la población sobre las consecuencias devastadoras que producen estos incendios en el medioambiente y la salud
Todos los años decenas de países se enfrentan a incendios forestales que queman miles de hectáreas de bosques y vegetación, generando una gran devastación ambiental y poniendo en riesgo la vida de personas y animales. Por eso, cada 18 de agosto se celebra el Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales.
El objetivo de este día es concienciar a la población del peligro de estos fenómenos y de la necesidad que tenemos de cuidar y preservar los bosques del mundo. Además, es un día clave para recordar que es fundamental extremar las precauciones y hacer todo lo posible para evitar los incendios forestales.
Cuando hablamos de incendios forestales nos referimos a un fuego que se propaga rápidamente a través de vegetación, bosques y áreas naturales y que no está sujeto al control humano. Estos fenómenos se caracterizan principalmente por dos factores: son capaces de propagarse en direcciones inesperadas y suelen superar obstáculos como ríos.
Los incendios forestales pueden ser ocasionados por la actividad humana: por ejemplo, a través de quemas no controladas, negligencia o fogatas mal apagadas. Pero también por fenómenos naturales, como los rayos que aparecen en momentos de tormenta. Además, el alto número de incendios se vincula directamente con el cambio climático.
Aunque estos pueden aparecer en todas las épocas del año, los incendios son más frecuentes en los meses de verano, cuando las temperaturas son más altas. Este año, los incendios forestales han arrasado varios países del Mediterráneo, como Italia, Grecia y Argelia. Miles de hectáreas quedaron devastadas por el fuego y miles de personas tuvieron que ser evacuadas.
El impacto en la salud
El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) informó a finales de año que en 2022 cerca de 786.049 hectáreas forestales fueron arrasadas por el fuego en la Unión Europea. El 39% de ellas en España, que fue el país más castigado por delante de Rumanía, Portugal, Francia e Italia.
Esta gran cantidad de incendios tiene consecuencias devastadoras en el medio ambiente y la biodiversidad. Estos fenómenos pueden destruir hábitats naturales y provocar la pérdida de especies de flora y fauna, algunas de las cuales pueden estar en peligro de extinción.
Uno de los principales peligros de los incendios forestales es su impacto en la salud humana. Estos fuegos a gran escala liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero y partículas, como las partículas PM2.5 (muy pequeñas y contaminantes), el dióxido de nitrógeno, el ozono o el plomo.
Todo esto contribuye al cambio climático, al mismo tiempo que afecta directamente a la calidad del aire que respiramos. Por eso las autoridades locales suelen emitir advertencias y recomendaciones sobre cómo actuar durante los incendios forestales para que las personas puedan tomar medidas para protegerse.
El humo tiene efectos en nuestro cuerpo como la irritación de los ojos y la piel, pero también puede provocar problemas de salud más graves, como problemas respiratorios (al irritar los pulmones) o cardiovasculares (ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares). En ocasiones, la exposición prolongada al humo puede provocar la muerte.
Extinción vs. prevención de incendios
Cuando hablamos de incendios forestales y estos aparecen en los medios de comunicación es muy común ver el trabajo realizado por los bomberos. Estos profesionales se dedican a detener y controlar un fuego que ya está en curso, es decir, se dedican a lo que se conoce como extinción de incendios.
Este trabajo es fundamental, pero no podemos olvidar la importancia de la prevención. Esta se refiere a tomar medidas para evitar que los fuegos se inicien en primer lugar e incluye multitud de actividades. Una de las principales es educar y concienciar a la población sobre los riesgos y las consecuencias de los incendios.
Para esta tarea suelen ponerse en marcha campañas de sensibilización en los medios de comunicación y redes sociales. A través de ellas, se fomentan prácticas seguras y responsables en áreas propensas a incendios forestales. Por ejemplo, no arrojar cigarrillos al campo o no hacer fogatas en lugares donde no está legalmente permitido.
Prevenir incendios también incluye tomar otras decisiones, como la restricción de actividades peligrosas en ciertas zonas; por ejemplo, la prohibición de hacer fogatas en el campo. O la implementación de sistemas de vigilancia en zonas donde los incendios son más frecuentes, con el objetivo de detectarlos de forma rápida.
Además, son fundamentales las tareas de gestión forestal. Esto incluye eliminar material vegetal inflamable de los bosques, como la maleza o los árboles muertos, así como crear y mantener zonas de cortafuegos para prevenir la propagación.