PER TOMÁS CABRERA BRIZUELA GRUAS
No Way Home coge el testigo justo donde lo dejó la anterior película, Far From Home, lo soltó, con Mysterio y Jonah Jameson revelando al mundo que Spider-Man es, en realidad, Peter Parker. Como es de esperar, este suceso pone patas arriba la vida del adolescente, haciendo que el primer acto se centre en eso y en las consecuencias que genera.
Llegados a cierto punto, Peter buscará la ayuda de Dr. Strange, pero la cosa se tuerce al lanzar un conjuro y numerosos villanos de otros universos acaban entrando en el UCM, todos ellos procedentes de las anteriores películas del superhéroe, protagonizadas por Tobey Maguire y Andrew Garfield.
Lo que sí podemos decir es que No Way Home es una auténtica historia de Spider-Man, quizá la que más replica el estilo de sus cómics. Sí, el Dr. Strange también juega un papel importante y hay otras referencias al enorme universo construido por Marvel para la gran pantalla, pero, sobre todo, el largometraje se centra en el micromundo de Peter Parker, y eso es agradecido por los fans.
De hecho, es lo que podríamos considerar una película hecha por y para el fan-service y, aunque no solemos ser fans de este tipo de estrategias, al menos No Way Home tiene la ventaja de abrazar esa idea y llevarla tan lejos como les sea posible. Así que, una vez en la butaca, decidimos jugar su mismo juego y entenderla, valorarla y quererla como lo que es. Algo que, por supuesto, no ha sido fácil, en mi caso, ya que he crecido viendo las películas de Spiderman y el factor de la nostalgia ha desempeñado un papel muy importante en mi crítica. Quienes no sean tan fanáticos, o los espectadores en general, puede que no lo aprecien tanto.
De los tres actos, el segundo es el más lento y algo aburrido, aunque el primero y el tercero prácticamente lo arreglan. Spider-Man: No Way Home no solo es la película del UCM en la que Peter Parker tiene que afrontar su momento más difícil y oscuro, también es la que muestra el mayor desarrollo del personaje como adolescente y como héroe.
No puedo obviar la mención a un enorme e impresionante reparto de actores. Ha sido genial ver de nuevo viejos rostros como Benedict Cumberbatch en la piel de Strange y Zendaya como MJ, aunque la auténtica delicia ha sido volver a ver a Alfred Molina (Dr. Octopus), Jamie Foxx (Electro) y Willem Dafoe (Osborn/Duende Verde) en sus antiguos papeles.
Aun así, la auténtica estrella sigue siendo Tom Holland. El actor vuelve a demostrar que es la persona idónea para dar vida a un Peter Parker/Spider-Man moderno, haciendo gala de un enorme despliegue de emociones durante todo el largometraje.
Nos es imposible adentrarnos más en Spider-Man: No Way Home, porque ya hemos llegado a la frontera de los spoilers. Lo que podemos deciros es que todo fan de Spider-Man o del UCM puede y debe ir al cine a ver esta película ya que, fácilmente, es lo mejor del UCM con permiso de Endgame; incluso aunque gran parte sea puro ‘fan-service’.
Ah, por cierto, un último apunte: quedaos hasta el mismísimo final de los créditos, hay dos cosas que no os queréis perder seguro.