Tener acceso a un teléfono móvil permite a la juventud conectar con amigos e incluso hacer tareas escolares, pero también supone ciertos riesgos como el sexting o el ciberacoso
Tener acceso a su primer móvil suele ser un acontecimiento muy esperado por los niños y niñas, que ven que el mundo actual está muy digitalizado y que el poder de Internet es enorme. En este contexto, la llegada del primer móvil ocurre cada vez más temprano: la edad media a la que se accede a este dispositivo es de 10,96 años, según el informe Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades de Unicef.
Según este estudio, el 94,8% de los adolescentes dispone en la actualidad de un teléfono móvil con conexión a Internet. La mayoría de jóvenes utiliza el móvil a diario (90,8%) y una gran proporción confiesa que cada día lleva este dispositivo al instituto (el 59,1%).
El móvil permite a los jóvenes estar conectados con sus amigos y familiares a través de las aplicaciones de mensajería. Este es el principal uso que dan los menores a este dispositivo, según el informe. Pero también suelen utilizar el móvil para otras actividades como escuchar música, acceder a redes sociales o ver vídeos a través de Twitch o Youtube.
Según recoge Unicef, los jóvenes utilizan principalmente Internet para hacer amigos y para no sentirse solos. De esta manera, podemos entender que el primer móvil se convierte en una herramienta fundamental para desarrollar la faceta más social de los menores.
Riesgos del móvil y supervisión de los progenitores
Pese a los beneficios que puede tener el uso de los teléfonos móviles, también existen ciertos riesgos. Es el caso por ejemplo del sexting, que se refiere al envío de mensajes sexuales, de contenido erótico o pornográficos, a través de teléfonos móviles. Según el informe de Unicef, el 26,8% de los jóvenes manifiesta haber recibido este tipo de mensajes.
Otro de los principales riesgos para la juventud es el ciberacoso. Según el informe, dos de cada diez adolescentes podría estar siendo víctima de acoso a través de Internet. El problema es que la mayoría no es consciente de ello: solo un 2,2% cree que ha sido víctima del ciberbullying.
Ante estos riesgos, los jóvenes que cuentan con su primer móvil deben actuar con responsabilidad. Porque un móvil puede ser el punto de partida para una buena experiencia o el comienzo de una serie de problemas. Por eso es fundamental el papel de los progenitores, quienes serán los encargados de transmitir a los menores los posibles peligros de la red.
Las familias pueden optar por establecer ciertas normas, como límites horarios o una supervisión de los contenidos. Este acompañamiento puede implicar una disminución significativa de buena parte de las prácticas de riesgo online. Sin embargo, estas medidas no son habituales: sólo el 29,1% de los jóvenes afirma que sus padres les ponen normas sobre el uso del móvil.
En este contexto, también es importante el comportamiento de los progenitores frente a las pantallas. Predicar con el ejemplo haciendo un uso saludable y responsable del dispositivo móvil es fundamental para que los menores tengan un referente en el que fijarse y del que poder aprender.
El móvil en situaciones de emergencia
Los niños y niñas del mundo pueden participar en una amplia gama de actividades en línea. Según el informe Investigating Risks and Opportunities for Children in a Digital World, los jóvenes pueden utilizar sus dispositivos móviles para actividades creativas, para llevar a cabo una participación cívica y comunitaria o para comunicarse con sus pares, entre otros.
Sin embargo, si una actividad ha ganado protagonismo en los últimos años esta ha sido el aprendizaje. Con la llegada de la pandemia, muchos niños y niñas tuvieron que utilizar sus móviles para poder acceder al contenido didáctico de sus clases. El confinamiento no les permitía ir presencialmente a las escuelas y tan solo podían realizar sus ejercicios si contaban en casa con un dispositivo electrónico conectado a Internet.
Sin embargo, esta situación es el día a día de millones de niños y niñas del mundo que viven en contextos de emergencia extremadamente vulnerables. En estos contextos, donde los recursos económicos para acceder a grandes dispositivos (como ordenadores portátiles) son limitados, el teléfono móvil se convierte en un gran aliado por su bajo coste.
Según el informe On Call: Using Mobile Phones to Provide Learning in Emergencies (Unicef), el móvil permite a los estudiantes en situaciones de emergencia continuar sus estudios, conectándolos con el profesorado a través de las llamadas, por ejemplo. Además, el móvil también puede ofrecerles la posibilidad de acceder nuevos contenidos educativos a través de la radio o de comunicarse con sus compañeros.
Aunque cada vez más personas tienen acceso a este dispositivo, existen ciertas partes del mundo donde las desigualdades son muy grandes. Según el informe de Unicef, en el África subsahariana solo el 47% de la población tiene acceso a la electricidad. Esto dificulta la posibilidad de que miles de niños y niñas tengan acceso a su primer móvil.
En caso de sufrir algún problema relacionado con tu seguridad en Internet, puedes contactar con Tu Ayuda en Ciberseguridad, el servicio nacional, gratuito y confidencial que INCIBE pone a disposición de los usuarios.