La dimisión de Boris Johnson como primer ministro del Reino Unido

El líder británico ha dimitido por los escándalos dentro de su gobierno y las presiones de su propio equipo

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha presentado su dimisión como jefe de gobierno y como líder del Partido Conservador. En los últimos días, varios ministros y decenas de altos cargos habían renunciado debido a una serie de escándalos que señalaban al gobierno y habían pedido públicamente su retirada.

Finalmente, Johnson ha cedido a las presiones, pero pretende mantenerse en el cargo hasta otoño para dar tiempo a que el Partido Conservador pueda elegir un nuevo líder. Esta decisión ha recibido las críticas de la oposición y también de los mismos conservadores, que le exigen que abandone el cargo de forma inmediata.

Siguiendo el reglamento del Parlamento británico, Johnson debe presentar su dimisión de forma oficial ante la Reina Isabel II, que es la jefa de Estado del país. Entonces, los diputados del Parlamento deberán elegir un nuevo primer ministro: como el Partido Conservador tiene mayoría en la cámara, será el candidato que elija este partido.

Hacía meses que Johnson estaba en el centro de la polémica, sobre todo por el caso Partygate: los medios de comunicación publicaron en enero que el primer ministro y varios miembros de su equipo habían ignorado las restricciones por la covid y montado fiestas durante los meses más duros de la pandemia, cuando la población estaba confinada.

A pesar de estas revelaciones, Johnson se había negado a dimitir: se disculpó públicamente, pero explicó que su deber como primer ministro era seguir al frente del gobierno, incluso en los malos momentos. En un principio, también contó con el apoyo mayoritario de su partido.

Sin embargo, en los últimos días ha salido a la luz otro escándalo: se le acusa de encubrir a Chris Pincher, diputado conservador acusado de acosar sexualmente a varios hombres y asesores del Parlamento británico. Pincher presentó su dimisión, pero Johnson simplemente lo apartó del foco público y lo mantuvo como diputado. 

Todos estos casos han perjudicado la imagen del primer ministro y le han hecho perder popularidad: las encuestas de las últimas semanas mostraban que, si ahora se celebrasen elecciones, Johnson perdería su escaño. Por ese motivo, el Partido Conservador ha presionado hasta lograr su dimisión, temiendo que la mala imagen del primer ministro afectara al resto de la formación.

Johnson: el defensor del Brexit

Boris Johnson es un personaje controvertido, con una larga carrera en la política británica. Hijo de una familia rica, se formó en escuelas de élite y trabajó como periodista antes de dar el salto a la política: fue diputado entre 2001 y 2008 y alcalde de Londres entre 2008 y 2016, un cargo con el que se hizo conocido en todo el mundo.

Johnson defendió desde el principio la idea del Brexit: la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). En ese sentido, se alejó de los políticos más moderados del Partido Conservador, que defendían la permanencia en la UE, y se alineó con políticos de ideas populistas como Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y defensor acérrimo del Brexit.

Así, Johnson se convirtió en un destacado defensor del “Brexit duro”, es decir: salir de la Unión Europea aunque fuera sin definir los acuerdos. Esta estrategia ha dado lugar a varios conflictos entre el gobierno británico y las instituciones europeas, por ejemplo, a la hora gestionar el comercio con Irlanda del Norte.

Su apoyo al Brexit le hizo ganar popularidad entre la población y escalar posiciones dentro del Partido Conservador, que lo veía como una figura política muy fuerte para ganar las elecciones. Por eso, en julio de 2019, fue elegido para sustituir a Theresa May como primer ministro. 

Los primeros meses no fueron fáciles, porque la oposición bloqueaba todas las negociaciones del Brexit. Johnson convocó elecciones en diciembre de 2019 y consiguió la mayoría absoluta para los conservadores o ‘tories’, como se les conoce en el Reino Unido. 

Con este resultado histórico, sus políticas quedaban legitimadas ante la opinión pública. Pero nadie contaba con los efectos de una pandemia, la crisis sanitaria y los escándalos que llegarían después.

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Dimisiones en Downing Street

Boris Johnson anunció su dimisión ante el número 10 de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro británico. La noticia ha ocupado los titulares internacionales durante los últimos días, pero lo cierto es que los últimos primeros ministros del Reino Unido han dimitido de su cargo, por diferentes motivos.

Tony Blair fue líder del Partido Laborista, el principal partido de centro-izquierda en el Reino Unido, y primer ministro entre 1997 y 2007. Se vio obligado a dimitir por la Guerra de Irak: el gobierno británico dio apoyo a Estados Unidos y aseguró que había armas de destrucción masiva para justificar la invasión de ese país, pero más tarde se demostró que era mentira.

Blair fue sucedido en el cargo por el laborista Gordon Brown, que no contaba con muchos apoyos incluso dentro de su partido. La crisis económica global estalló en 2008 y perjudicó notablemente a su gobierno. En las elecciones de 2010, el Partido Laborista perdió la mayoría y Brown fue incapaz de negociar un gobierno de coalición con otros partidos, por lo que dimitió.

El Partido Conservador fue el más votado en aquellas elecciones, así que su líder, David Cameron, fue nombrado el nuevo primer ministro. Cameron gobernó hasta 2016, pero dimitió tras el resultado del referéndum del Brexit: ganaron los partidarios de la salida y él era un conservador moderado que había hecho campaña por permanecer dentro de la Unión Europea.

La sustituta de Cameron fue Theresa May, también de los tories. May se encargó de liderar las negociaciones del Brexit con la Unión Europea. La tarea no era fácil y los miembros más radicales de su partido (como Boris Johnson) le reclamaban que fuera más dura en sus exigencias. Finalmente, dimitió para dejar paso al sector más duro del Partido Conservador.

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