La precariedad laboral y el aumento del precio de la vivienda son algunos de los factores que dificultan la emancipación juvenil en España
Hoy en día es muy común escuchar en los medios de comunicación que los jóvenes tienen muchas dificultades para emanciparse en España. Pero, ¿qué significa exactamente esta afirmación? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de emancipación juvenil?
Usamos el término emancipación para definir el estado de independencia que logran los jóvenes cuando tienen un trabajo y pueden permitirse una vivienda independiente de sus padres o tutores. Nos referimos a ese momento en el que los jóvenes dejan la vivienda familiar para empezar un camino como individuos independientes.
Pero más allá de esto, la emancipación es un concepto amplio que también se refiere a la adquisición de autonomía, libertad y poder de decisión. Es decir, implica romper situaciones de dependencia y buscar la plena realización desde la obtención de derechos y oportunidades iguales para todos los individuos.
De esta manera, la emancipación es un derecho fundamental para los jóvenes, ya que les permite desarrollarse como personas autónomas y responsables. Este proceso promueve su desarrollo personal, fortalece su capacidad de toma de decisiones informadas y fomenta su participación activa en la sociedad.
El problema es que abandonar el hogar familiar y empezar una vida autónoma no es una tarea sencilla para muchos jóvenes. En la actualidad, España se encuentra a la cola de la emancipación juvenil en Europa: los jóvenes en España consiguen emanciparse de su familia con 29,9 años, casi tres años y medio después de la media europea.
A esto se suma el porcentaje de jóvenes entre 25 y 34 años que viven con sus padres y/o madres, que se ha incrementado en los últimos años a pesar de la recuperación económica, superando también la media europea.
Existen numerosos factores que influyen en esta dificultad que tienen los jóvenes para hacer efectivo el proceso de emancipación. Entre ellos, destacan dos factores principales: la precariedad laboral y el aumento del precio de la vivienda.
La precariedad laboral
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los jóvenes en España es la precariedad laboral. Según el Estudio de prospectiva sobre cambios sociales y el empleo de la juventud de Ayuda en Acción, el empleo juvenil sigue siendo el más precario, teniendo una tasa de temporalidad y empleo a tiempo parcial muy superior al conjunto de la sociedad.
La falta de oportunidades de empleos a jornada completa hace que muchos jóvenes se vean obligados a aceptar trabajos de menos horas y, por tanto, recibir una menor remuneración. Según datos del último informe de Ayuda en Acción, el 53,8% de los jóvenes entre 15 y 29 años en España no consigue encontrar un empleo a jornada completa.
A esto se suma el problema de los bajos salarios. Muchos jóvenes, pese a tener estudios superiores y trabajos estables, tienen empleos mal remunerados que no les permiten cubrir los gastos básicos como la vivienda o la alimentación. Esto hace que sigan dependiendo de la ayuda económica de sus familias y/o los empuja a vivir en situaciones precarias, como compartir viviendas pequeñas con múltiples compañeros.
Aunque se espera que la tasa de desempleo juvenil se reduzca considerablemente en 2030, estas condiciones laborales precarias tienen consecuencias directas en las vidas de miles de jóvenes. Esta situación les impide planificar su futuro a largo plazo y tener suficiente estabilidad económica para poder emanciparse.
El aumento del precio de la vivienda
Al empleo precario se suma la problemática de la vivienda. La vivienda es un derecho fundamental de las personas porque es esencial para su dignidad y bienestar. Tener un lugar seguro, adecuado y asequible para vivir es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo humano y el disfrute de otros derechos básicos, como la salud o la educación.
El problema es que actualmente muchos jóvenes están teniendo dificultades para acceder a viviendas asequibles debido al incremento del precio de la vivienda. Los alquileres están alcanzando precios muy altos en determinados territorios del país, limitando las capacidades económicas de la juventud.
Como resultado, muchos jóvenes se ven obligados a destinar una gran parte de sus ingresos mensuales al pago del alquiler, lo que limita su capacidad para cubrir otras necesidades básicas o ahorrar para el futuro. Otros no tienen más remedio que vivir en espacios reducidos o compartir vivienda con otras personas para poder hacer frente a los precios.
En este sentido, es fundamental poner en marcha una política de vivienda que aumente el parque público de viviendas destinado al alquiler, fomente la creación de viviendas asequibles y pongan en marcha medidas para reducir la especulación inmobiliaria.
Con todo este contexto, el trabajo que hacen diferentes organizaciones para proteger los derechos civiles, políticos, económicos y sociales de los jóvenes es imprescindible. Es el caso de la ONG Ayuda En Acción, que lleva años trabajando para empoderar a los jóvenes, promover la igualdad y la justicia social. De esta manera, acompañan a los jóvenes hacia el empleo, desde la educación, la formación, el desarrollo personal y la adquisición de competencias clave que les permitirán conseguir autonomía y proyección en el futuro.